El Pais negocios traía este pasado fin de semana una reseña del ya famoso libro editado por la Fundación Auna sobre la blogoesfera hispana.
Patricia Fernández de Lis, muy ducha ya en estas lides del periodismo informático, sustituye el subtítulo del libro ‘Pioneros de la cultura digital’ por el de ‘Pioneros de la moda’, lo que demuestra el cierto resquemor que el tema de los blogs genera entre periodistas, como queda muy palpable en la propia reseña.
A mi, lo que más me divierte es éste párrafo:
Quizá la mayor crítica que pueda hacerse a este libro sea la falta de crítica. El fenómeno empieza a dar muestras de que está lejos de la presunta virginidad que le atribuyen sus defensores: autores egomaniacos y endogámicos, que se enlazan unos a otros (pasa también en este libro) creando una especie de aristocracia blogosférica; empresarios que ponen en marcha blogs que funcionan como perfectas cortinas de humo; medios que incluyen bitácoras para ganar páginas vistas, pero lo califican de «periodismo participativo»; empresas que alientan blogs de sus empleados para luego obligarles a eliminar comentarios o que, directamente, mienten.
Los egomaníacos y endogámicos los conocemos (parece que no soy el único en opinar lo mismo 😉 ), los empresarios con blogs a modo de cortina de humo, también. Los medios que incluyen bitácoras están por todas partes, pero cuales son los blogs de esas empresas que rectifican o mienten? Yo quiero ejemplos! Esto es tirar la piedra y esconder la mano… 🙂
Y al final, llega la defensa del periodista y escritor, digamos ‘de carrera’, concediendo al bloguero solamente el uso de las mismas herramientas, pero en ningún caso (o en pocos) la misma categoría:
Hay quien cree que la simplificación del proceso de publicaciónconvierte a cualquiera en un escritor o periodista. ¿Es eso así? Probablemente lo es en la misma medida que una llave inglesa, un mono y un grifo roto le convierten a uno en fontanero.
Pues si arregla las averías, si.
Y desgraciadamente, 5 años de carrera tampoco cualifican a nadie para escribir con el mismo conocimiento de plantas de interior, economía o informática, aunque algunos lo hagan y cobren por ello. Lo único que hace es darte un título… 😉
Technorati Tags: El Pais, Pais, Negocios, Slamon, Blog, Blogging, Bloguear, Blogosfera, Periodismo, Periodista, Escritor, Pioneros, Moda, Cultura, Digital, Spain, España
Ondas, cables, luces, cacharritos y cachivaches 
Parece obvio que, como en otros muchos terrenos, están surgiendo «alarmas», más o menos justificadas, por aquello de la «defensa de las profesiones»… y creo que das en el centro del clavo con el comentario: «Pues, si arregla las averías, sí». Por supuesto, en la profesión periodística, hay magníficos profesionales, pero también hay (y muchos), en todos los media, quien le hace preguntarse a uno dónde les habrán aprobado las asignaturas de lenguaje -no las de la universidad, sino las de «su E.G.B.-: concordancias, uso de las preposciones, dificultades para distinguir en la práctica el complemento directo del indirecto, errores en el uso de las mayúsculas, errores conceptuales derivados de una indigestión del inglés, pronunciaciones divertidísimas de inglés, francés, italiano o alemán (esos «güili» por «Willy»)… A pesar de todo, siguen siendo «profesionales»… y cobran. Pero, claro, está la «defensa de las profesiones» -buena- (antes «corporativismo» -malo-), y esto es muy serio… para todas las profesiones, no ya sólo para la periodística, ¿qué pasaría con todo el tinglado de universidades, facultades, escuelas, etc.? ¿Acaso no sería tema de reflexión seria y de «debate global? (y perdón por el enrolle…). Saludos.
Debería serlo… pero al fin y al cabo, esto es el síndrome del farmaceutico: 5 años de carrera te garantizan que sólo tú puedes poner una tienda…
Los periodistas siempre han reclamado que sólo se puede escribir con el título también. El problema añadido ahora es que cualquiera les puede sacar los colores, y además hay donde comparar… 🙂
ahora se quejan de intrusismo… y la gente de informatica como yo… de que nos vamos a quejar?
Bueno, ahi yo mejor no te digo nada, que soy de derecho… 😉