Nada que ver con la temática habitual de ésto que escribo, pero lo veo en menéame.net y no puedo resisitirme.
Es que lo de la Tuna es algo que siempre me ha parecido fascinante: que con veintipico años o treintaypocos sigan dándole a la pandereta, esos leotardos que me tienen comida la moral, la fascinación mujeril por ellos (Vamos, me pongo yo con mis amigos a cantar los ‘clavelitos’ con pandereta y nos corren a gorrazos, pero ponte leotardos y tiras de colores y eres graciosísimo. No le déis vueltas, ellas son así… Vale, no todas… 😉 ).
Hombre, para ser justos, si es de lejos, están controlados (en bodas o similares) y se van pronto, pueden tener su gracia. Pero lo que le pasa a Mir es un castigo divino, no se entiende de otra forma.
Mir, que has hecho para merecer ésto?

Eso digo yo… ¿qué hecho yo para merecer esto???
Por cierto, soy una chica. Y estoy preparando la segunda parte de la historia…
Sí, lamentablemente, aún hay más.
Si, sabía que eras chica, por eso añadí lo de ‘no todas’ 😉
Espero la segunda parte impaciente…
Diooooooooooooooooooooooo!
Que auténtico… aunque ya había visto cosas como el Nerdcore, no me esperaba esto.